miércoles, 16 de noviembre de 2016

Museo de la Santa Inquisición


El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue fundado en el último tercio del siglo XV, por los reyes católicos de España, para perseguir las herejías. En la Nueva España, tuvo su sede en este singular recinto, reconstruido por el arquitecto Pedro de Arrieta, Maestro Mayor de Obras y Arquitectura de la Inquisición. Al deteriorarse la casa que originalmente se asignó a los inquisidores, Arrieta decidió “hacer cosa notable su arquitectura” al “ochavar” la esquina y colocar en ella la entrada. El nuevo edificio barroco se  terminó de construir en 1736. En su juzgado, salas de audiencia y cárceles, se mantuvieron a los perseguidos por judaísmo, protestantismo, herejía, hechicería, desviaciones, e incluso rebelión. De acuerdo a las sospechas, se les sentenciaba a prisión temporal o perpetua, y en algunos casos, a la hoguera o la horca. El quemadero de la capital novohispana se ubicó frente al templo de San Diego, en lo que fueron los límites de la Ciudad de México. Una vez suprimido el Tribunal del Santo Oficio en 1820, el inmueble tuvo diversos usos, hasta que se destinó a la Escuela de Medicina de la Universidad. Actualmente alberga al Museo de la Medicina Mexicana, al Departamento de Historia y Filosofía de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, a su Archivo Histórico y a la Biblioteca Dr. Nicolás León.





Museo del Palacio Nacional

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Zona: Centro Histórico
Dirección: 
Plaza de la Constitución
Metro: Zócalo
Epicentro de la vida política del país desde la época virreinal, el Palacio Nacional es la sede del poder ejecutivo de México y uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
Edificado sobre una planta cuadrangular con cerca de 200 metros por lado, el Palacio Nacional de México es una de las construcciones gubernamentales más grandes del mundo entero. En su interior, patios, corredores y salones han sido testigos de los acontecimientos más importantes de la historia mexicana. Por sus espacios han caminado virreyes, invasores extranjeros, presidentes, dictadores y emperadores, así como alguno que otro revolucionario como Pancho Villa o Emiliano Zapata, que en algun momento de la historia se enfrentaron al poder que desde este recinto ha regido a la nación entera.
El Palacio Nacional tiene una antigua historia que se remonta a tiempos de los aztecas cuando en dicho solar se encontraba el Palacio de Moctezuma, el cual, ocupaba exactamente la misma extensión del edificio actual. Tras su destrucción durante la guerra de conquista de Tenochtitlan, sobre sus ruinas Hernán Cortés mandó construir un gran palacio, mismo que décadas más tarde fue vendido por su hijo Martín Cortés 1562 a la Corona, quien lo adquirió para construir en ese predio las instalaciones necesarias para la administración del Virreinato de la Nueva España.
Desde ese momento y por más de trescientos años esta construcción ha tenido un gran número de ampliaciones y modificaciones en las que han quedado plasmadas las huellas de las distintos gobiernos que ha tenido el país durante el periodo colonial, así como durante su vida como nación independiente. En su construcción podemos encontrar elementos neoclásicos, barrocos y neocoloniales, siendo el aspecto que hoy tiene el edificio en su exterior resultado de su última ampliación, acontecida durante la segunda década del siglo XX cuando fue añadido el tercer nivel. Una década después, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, la casa presidencial fue trasladada desde esta sede hasta el Palacio Presidencial de Los Pinos en el Bosque de Chapultepec, permaneciendo el Palacio Nacional como sede oficial de algunas dependencias del gobierno, para actos de protocolo y para las tradicionales celebraciones del Grito de Independencia y del Desfile Militar del 15 y 16 de septiembre.
El Palacio Nacional cuenta con un gran número de puntos de interés en su interior destacando los famosos murales que Diego Rivera pintara en la escalinata principal y en los corredores del patio central que narran gráficamente la historia de México desde tiempos prehispánicos hasta el siglo XX, en una obra llena de simbolismo, colorido y nacionalismo mexicano. Otro sitio destacado es el recinto en Homenaje a Juárez, en el cual se conservan las pertenencias, mobiliario y documentos de dicho presidente, uno de los más influyentes en la historia nacional, quien también habitó este recinto.
Aunado a los puntos anteriores se puede visitar el Salón de la Tesorería de la Federación, un espléndido espacio con influencia art déco, el edificio que ocupara la Cámara de Diputados antes de ser trasladada al actual Edificio de la Asamblea Legislativa así como la Biblioteca del Fondo Histórico de Hacienda ubicado junto al Jardín de la Emperatriz en la parte oriente del edificio.


Museo Casa De Morelos ♥

El museo se encuentra albergado en un inmueble que data del año 1747.1Fue construido por el Real Tribunal del Consulado a mediados del siglo XVIII, sirvió de alojamiento a los virreyes antes de su llegada a la capital de la Nueva España. Por ello se le conocía como Casa de los Virreyes.1
Después de la Conquista, la Ciudad de México se convirtió en la capital Novohispana y sufrió de igual manera el problema de las inundaciones. La albarrada prehispánica se convirtió en el Albarradón de San Cristóbal con la función de calzada-dique.
Este recinto formó parte vital de la calzada-dique que inicia en la Casa del Real Desagüe y culmina en Venta de Carpio, con una longitud cercana a los 4 km.
Hoy en día es la continuación de la Vía Morelos y fue parte del Camino Nacional (México-Laredo) y antigua carretera México-Pachuca. Esta construcción y su entorno, incluyendo a Casa de Morelos fueron declarados como Zona de Monumentos Históricos del Albarradón de San Cristóbal mediante decreto presidencial en marzo de 2001.
En Ecatepec se le conoce como Casa de Morelos por que en esa edificación pasó sus últimos momentos el siervo de la Nación. Actualmente se llama Centro Comunitario Casa de Morelos y se encuentra bajo el resguardo del INAH.
Fue decretado monumento histórico en el año 1933 debido a que allí se llevó a cabo el encarcelamiento y fusilamiento del general José María Morelos, héroe de la guerra de independencia de México. El fusilamiento ocurrió el 22 de diciembre de 1815. En el año 1864 se erigió un monumento en honor a Morelos a las afueras de este museo.1
En 1990 abrió sus puertas al público como centro comunitario. En 1992 adquirió el estatus de museo formal.
El director actual de este museo es Miguel Ángel Trinidad Meléndez.





El museo conserva y difunde diversos objetos relacionados con Morelos, como la carreta que lo llevó hacía el lugar del fusilamiento, también presenta piezas arqueológicas y paleontológicas halladas en la región como la osamenta de un mamut encontrado en el Municipio de Ecatepec.2
El mamut fue un animal que coexistió con el hombre hace más de 10 mil años, en los lagos que conformaron el valle de México. Al morir los mamut y con el paso de los miles de años, los huesos de estos animales prehistóricos quedaron sepultados en esta región. Ha sido durante la última década, con la construcción de miles de viviendas en los municipios como Coacalco Tultitlan y Ecatepec, es cuando han aflorado los enormes colmillos y huesos de mamuts. Este mamut en Casa Morelos con sus 144 piezas está expuesto en forma erguida, lo que hace apreciar lo monumental de su talla de casi seis metros de largo por tres y medio de alto, sin duda una exposición muy interesante.


El Valle de México fue una cuenca lacustre formada por varios lagos que recibían los caudales de los ríos de las montañas que rodean la cuenca y la lluvia estacional.  De ellos, destacan para la región de Ecatepec el de Texcoco por el Oriente y el de Zumpango por el Norponiente.  Las evidencias de ocupación humana en toda la zona son tan antiguas como el hombre en el Centro de México y se asocian a grupos de cazadores recolectores en las riberas de ambos lagos.  Durante la Prehistoria estas bandas realizaron la cacería de fauna hoy extinta como Mamuts y otras especies como hormigueros, camélidos entre otros.  Ejemplo de estas evidencias es la osamenta de un Mamut que se muestra en las instalaciones de Casa de Morelos, con una antigüedad aproximada de 12,000 años.
 
Posteriormente y debido al desarrollo de la agricultura como medio de subsistencia predominante de los grupos humanos, se establecieron asentamientos en las márgenes de los lagos y zonas de suelos propicios para esta actividad.  Su economía estuvo además relacionada con la cacería, pesca, recolección y apropiación de productos como la sal que se formaba en las riberas y que se convirtió en una actividad importante de la economía regional durante toda la época prehispánica, el México Colonial, e incluso hasta la primera mitad del siglo XX.
 
Durante los trabajos de mantenimiento que se han realizado en el inmueble histórico Casa de Morelos, se ha detectado la evidencia de ocupación humana continua desde aproximadamente el año 400 a.C., a la fecha.  Destacan durante los trabajos de restauración de la Capilla de San Juan la detección de una unidad residencial de los tiempos de Teotihuacan (300-600 d.C.) y en los trabajos de salvamento arqueológico del Circuito Mexiquense en los linderos del predio que ocupa este recinto histórico, una unidad habitacional de filiación Azteca.
 
La ubicación geográfica de Casa de Morelos y su posición en el extremo sur de un corredor natural que constituyó el lindero de los lagos de Texcoco por el Este y Zumpango por el oeste, convirtió al sitio en un paso obligado desde la prehistoria. Particularmente, durante la época prehispánica y a partir del control hidráulico que llevaron a cabo los mexicas para evitar las inundaciones de su capital México-Tenochtitlán, se presume la existencia de una albarrada que impedía que las aguas del lago de Zumpango cruzaran hacia el de Texcoco y se inundara la ciudad mexica.
 
Después de la Conquista, la Ciudad de México se convirtió en la capital Novohispana y sufrió de igual manera el problema de las inundaciones.  La albarrada prehispánica se convirtió en el Albarradón de San Cristóbal con la función de calzada-dique.  Este segmento del camino real une en su extremo norte el camino que viene de Veracruz-Puebla-Tlaxcala y el de los minerales de Real del Monte y Pachuca.  El extremo sur es Casa de Morelos.  Paralelo al mantenimiento de la infraestructura hidráulica y realización de algunas obras, se comenzó el drenaje de los lagos hacia Nochistongo (Huehuetoca).  Esta obra de desagüe continuó durante toda la Colonia y culminó en 1910 con el Gran Canal que drena las aguas de la Ciudad de México hacia Tula.  
 
Es importante resaltar que este recinto formó parte vital de la calzada-dique que inicia en la Casa del Real Desagüe y culmina en Venta de Carpio, con una longitud cercana a los 4 km.  Hoy en día es la continuación de la Vía Morelos y fue parte del Camino Nacional (México-Laredo) y antigua carretera México-Pachuca.  Esta construcción y su entorno, incluyendo a Casa de Morelos fueron declarados como Zona de Monumentos Históricos del Albarradón de San Cristóbal mediante decreto presidencial en marzo de 2001.
 
En el siglo XVIII, cuando las obras estuvieron cercanas a Ecatepec, el Consulado de México manda construir el inmueble que hoy ocupa la Casa de Morelos (1747), para que desde ese sitio se controlen los trabajos de esa obra virreinal.  Lleva entonces el nombre de Casa del Real Desagüe.
 
Nuevamente su ubicación estratégica, lleva a que los Virreyes y autoridades, en su tránsito desde o hacia la capital novohispana, usaran ese lugar como descanso y posiblemente para cambio de caballos y renovación de bastimentos.  Como otros sitios que tuvieron la misma función fueron denominados como Casas Reales o Casas de Virreyes.  Por su importancia, algunos de los virreyes realizaron del cambio de poderes en este sitio, es decir, llevaron a cabo la entrega de gobierno entre el virrey saliente y el nuevo virrey.  De esta manera, el siguiente punto antes de entrar a la Capital como nuevo gobernante, fue su paso por la Villa de Guadalupe, donde las autoridades eclesiásticas recibían y celebraban a la nueva autoridad.  El primer virrey recibido en este sitio fue don Antonio de Bucareli y Ursúa en 1771. Otros virreyes que celebraron el cambio de poderes en este lugar fueron Martín de Mayorga (1779), Matías de Gélvez y Callardo (1784) y Bernardo de Gálvez (1785).  Durante la Guerra de Independencia, la casa fue ocupada por un regimient militar que salvaguardaba el camino real a la capital novohispana (1810-1821).